Las muestras, siempre que sea posible, corresponderán a plantas completas, incluidas raíces y tierra adherida, que muestren síntomas en tres estados de desarrollo: inicio de la afección, afección ya desarrollada y en estado avanzado; si ello no es posible se remitirán muestras de los órganos de la planta que muestren el problema, incluyendo tejidos dañados y no dañados. En el caso de sospecha de una enfermedad que afecte a la raíz se incluirá una muestra de tierra recogida de la zona perirradicular.
Es conveniente recoger las muestras en el cultivo antes de aplicar cualquier producto fitosanitario.
Hasta su recepción en el laboratorio, la muestra se introducirá en una bolsa limpia y deberá conservarse refrigerada para evitar su deterioro: desecación, pudrición…
Se adjuntará el mayor número posible de datos referidos a las condiciones agronómicas del cultivo afectado.